Estas son algunas de las condiciones que tendrá que respetar el chico que quiera salir con mi futura hija, cuando la tenga, claro, y que pasen muchos años.
Condición uno:
Si entras en mi calle y tocas la bocina del carro, será mejor que estés repartiendo un paquete, porque tan seguro como que existe el infierno, que no recogerás nada aquí.
Condición dos:
Tu no tocas a mi hija en mi presencia. Puedes mirarla, tanto como quieras, mientras no mires nada por debajo de su cuello. Si no puedes mantener tus ojos o tus manos lejos del cuerpo de mi hija, te los arrancaré.