Las teorías de la conspiración no son nada nuevo en EEUU, donde el asesinato del presidente John Kennedy suscita todavía todo tipo de debates,pero nunca como en esta era del terrorismo había despegado el fenómeno con tal intensidad.
La nueva generación de teóricos de la conspiración trabaja en la 'historia secreta' del día más terrible de Nueva York: el 11 de septiembre del 2001.
A ese grupo pertenece Kevin Barrett, quien asegura que la Casa Blanca orquestó los atentados del 2001 contra EEUU, y Steven Jones, quien sostiene que las Torres Gemelas de Nueva York pudieron haberse desplomado a raíz de la detonación de explosivos en su interior.
Los dos pueden parecer chiflados pero tienen experiencia académica: Barrett prevé impartir el próximo trimestre una clase sobre el Islam en la Universidad de Wisconsin, pese a las protestas de más de 60 legisladores del estado que piden su dimisión.
Jones es profesor titular de Física en la Universidad de Brigham Young (en el estado de Utah) y una figura carismática entre los pensadores de su clase.
El científico llegó a la conclusión de que la presencia de metal fundido en el lugar de las Torres Gemelas demuestra la existencia de termita, una mezcla de óxido de hierro en polvo y aluminio capaz de generar temperaturas de más de 2.000 grados centígrados.
La termita se emplea para soldar ciertos metales y también como relleno de bombas incendiarias
La supuesta presencia de ese componente pondría en entredicho, según Jones, la versión oficial de los hechos y sugiere que alguien pudo haber utilizado explosivos para derribar las Torres Gemelas.
Jones ha encontrado algunos partidarios en el mundo académico, como Judy Wood, ex profesora de ingeniería mecánica en la Universidad de Clemson (Carolina del Sur), quien dice que las Torres no pudieron haberse desplomado tan rápido como lo hicieron a menos que se utilizaran explosivos.
Lo que ocurrió, según la versión oficial aceptada por la mayoría, es que EEUU fue atacado por un grupo de radicales islámicos que destruyeron las Torres Gemelas.En el otro lado del debate, distintos expertos explican, en respuesta a la teoría de Jones, que el metal fundido es probablemente aluminio de los aviones.
Pero esos argumentos no disuaden a los escépticos que, a sólo un mes de que se celebre el quinto aniversario de los atentados contra Nueva York y Washington, han reforzado su empuje con la reciente creación del grupo 'Scholars for 9/11 Truth' (Profesores en búsqueda de la verdad del 11-S), que reúne a unos 75 académicos.
El grupo es pequeño en un país con un millón de profesores universitarios -entre docentes a tiempo completo y aquellos que imparten clases a tiempo parcial- pero cuenta con algunos profesores formados en universidades prestigiosas como Princeton o Stanford.
Su misión, según asegura el fundador de 'Scholars for 9/11 Truth', es llegar al fondo de lo que sucedió en septiembre del 2001.
Pero James Fetzer, un profesor retirado de la Universidad de Minnesota, no está convencido y sostiene en su página web (www.scholarsfor911truth.org) que su grupo ha detectado más de doce irregularidades en la versión del gobierno.
El gobierno sostiene, por ejemplo, que el fuego generado por los aviones, fue 'más que suficiente' para que las Torres Gemelas se vinieran abajo.
Los 'Scholars' dicen que el punto de fundición del acero son 1.538 grados centígrados, 538 grados más que el fuego generado por el combustible de los aviones, por lo que 'esos incendios no pueden haber hecho que se derritiese el acero, lo que implica que el acero fundido no hizo que se cayeran las Torres'.
Ese es sólo uno de los argumentos de un debate teñido a veces de surrealismo que promete avivarse ante la proximidad del aniversario del 11-S y que ha hecho que muchos se planteen hasta dónde debe llegar el derecho a la libertad de expresión en el mundo académico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario